Aquí vivimos
Aquí vivimos, digo yo, pendiendo.
Y hay que defender esto, sigo diciendo.
Lo que flota por allá abajo, y por aquí, lo que flota, que se mete en los años como en un escaparate y lo cierran y flota y sale de los años y nadie sabe si necesita realmente una defensa.
Me compro trajes que luego representan una escena conmigo.
Me compro trajes que luego representan una escena conmigo.
Vamos juntos a exhibir la gana.
Estiro el cuello por encima del cuello del traje y contemplo miles de trajes que nos rodean sin entender nada.
No es fácil desdeñar a este bigote mío que ya pertenece a los de Boedo.
Si hubiera sabido de mi insignificancia, al nacer hubiera renunciado,
Si hubiera sabido de mi insignificancia, al nacer hubiera renunciado,
pero ahora estamos pendiendo.
Ahora no me queda más que vestir el traje.
Irme a la plaza con las manos ampolladas de tanta llanura a inventar la colina,
y a embestir la mirada con el traje incambiable.
Me resisto a trazas amarillas que recuerden la falacia de los dioses.
Mi indumentaria la escojo casi a sabiendas de contradicciones
que manan variadas como yo.
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